miércoles, 7 de octubre de 2009

San Lucas (10, 38-42)


En aquel tiempo, entró Jesus en un poblado, y una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Ella tenía una hermana, llamada Maria, la cual se sen`´o a los pies de jesús y se puso aescuchar su palabra. Marta, entre tanto, se afanaba en diversos quehaceres, hasta que, acercánndose a jesús, le dijo "Señor. ¿no te has dado cuenta de que mi hermana me ha dejado sola con todo el quehacer? Dile que me ayude". El señor le respondió: "marta, Marta, muchas cosas te preocupan y te inquietan, siendo así que una sola es necesaria Marta escogiò la mejor parte y nadie se la quitará".

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